viernes, 23 de marzo de 2012

¿Hacer sexo ó hacer el amor?

El sexo y hacer el amor tienen un punto en común que ambos comparten, y es cuando ambos se unen y alcanzan su intimidad plena en una relación sexual. El punto convergente es la relación sexual como tal, pero en lo demás hay diferencias amplias en cuanto a tener sexo y hacer el amor se refiere.


Los que Quieren Sólo Sexo


La persona que desea sólo sexo difiere de una persona que hace el amor en sus motivaciones.

Cabe mencionar que este tema no es exclusivo sólo de hombres, y así como hay masculinos que actúan de esta forma, también hay mujeres que obran de esta manera. El deseo de tener sexo y actuar en consecuencia no es tema exclusivo de hombres, los hay tanto de un lado como del otro.

Quien desea sexo sólo busca placer, ese es su único fin, ese es su mayor objetivo. Estas personas en su mayoría se camuflan bajo el ropaje de la galantería, son muy formales, fingen estar interesados en la persona de la cual desean obtener sexo y utilizan cualquier tipo de estrategias para obtener eso que tanto desean.

Cuando su víctima hace difícil la consecución de su fin último y cuando el deseo de tenerla es muy fuerte, son capaces de permanecer por algún tiempo hasta que consigan lo que tanto anhelan. Otros, sin embargo en vista de que no obtienen lo que buscan simplemente abandonan su tarea y buscan en otra parte. A la falta de sangre.

Estos individuos varían de acuerdo al nivel del deseo sexual que alguien le pueda provocar. Por eso y dependiendo de ese deseo, algunos aunque logren lo que quieren se quedan, pues desean repetir ese acto sexual hasta que su necesidad sea satisfecha, o aparezca otra persona que les genere nuevos y mayores apetitos sexuales.



Los Que Hacen el Amor

Usualmente se relaciona hacer el amor con tener sexo, con tener un encuentro íntimo. No es así. Hacer el amor, es decir, construir amor va mucho más allá que el simple coito sexual.

Las personas de este tipo son bien distintas a las que buscan sexo, empezando porque su mayor interés está cifrado en la realización, la felicidad de la otra persona, acciones que son las que le procuran su mayor satisfacción. De allí que la parte sexual aunque importante y pueda ser anhelada no está dentro de los afanes, puesto que su interés va mucho más allá del contacto físico su actitud es bien distinta. Su motivación es otra, desea profundamente el bienestar de la otra persona y esa actitud suya es lo que le produce mayor satisfacción. De allí a que veamos a individuos así con interés en el bienestar físico, intelectual, social, emocional, espiritual de su pareja o futura pareja.

Cabe aclarar que no es que la sexualidad no importe, lo que quiero decir es que para estos individuos la sexualidad no tiene un fin utilitarista, egoísta y mucho menos inhumana.

Esto es en esencia lo que hace que esta persona construya el amor, haga el amor en todo momento, me refiero a que siempre está procurando el bienestar de la pareja y su conducta está enfocada en eso. Pareciera marcada por el desinterés y aunque no es así, si está concentrado en los intereses de la otra persona y piensa en los intereses mutuos.

En el caso sexual tiene conciencia de las necesidades de su pareja y propias pero apunta a que se de la realización plena de su compañía, eso es lo que hace que estas personas sean grandes amantes, por la sencilla razón de que como no se va a ir apenas se vista continuará creciendo en un vínculo tan íntimo como lo es la relación sexual.

Dentro de sus intereses está el buscar maneras de mejorar la relación, y por eso escucha, aprende y lleva nuevas acciones tendientes a mejorarla.

Lo interesante de una persona así es que comprende que hacer el amor no es sexo, hacer el amor es construir, fortalecer, consolidar bases de la relación y eso se hace en todo momento de allí que la intimidad sea tan fructífera, puesto que son de verdad dos personas las que se aman las que llegan a ese encuentro excepcional para ellos.

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