miércoles, 14 de marzo de 2012

Sadomasoquismo

La delgada línea que separa el dolor del placer, se difumina en esta práctica sexual, llena de fantasía... y de peligro.



El masoquismo es la excitación sexual como consecuencia del sufrimiento propio, bien sea por dolor físico, humillación o malos tratos. El placer sexual obtenido al sufrir dominancia y humillación es muy antiguo, ya Aristóteles suplicaba a Filis, una mujer pública, que le utilizase como caballo y golpeara sus nalgas.
El nombre de sadismo deriva del nombre del escritor francés Marqués de Sade, coetáneo de la Revolución francesa, autor de obras como "Justine" o "Las 120 jornadas de Sodoma" en las que describe la perversidad de su propia conducta. Pasó unos años en la cárcel y acabó volviéndose loco. Probablemente lo estuvo siempre.




Cuando está practica se estructura bien es complementaria; las parejas que gustan de esta tendencia suelen sentirse muy felices y muy amados por sus compañeros. El problema puede existir cuando el sádico no reconoce su tendencia y de forma larvada puede buscar el dolor de la persona amada sin reconocerlo o el masoquista que busca ser degradado o castigado sin que su oponente lo desee.
Aún, hoy en día, un significativo porcentaje de la sociedad sigue considerando el sadomasoquismo como una aberración o desviación sexual y no son muchas las personas que admiten practicarla; pero lo cierto es que, de acuerdo con las estadísticas, el sadomasoquismo se ha constituido en un espacio para vivir y disfrutar la sexualidad al margen de los cánones sociales y culturales que la dominan.







En el sexo todo está permitido siempre que sea entre personas adultas y sea consentido por ambas partes. En el caso del sadomasoquismo así es, y por lo tanto no existe problema.

Utensilios mas típicos  del Sado
Collares: son probablemente los artículos que poseen un mayor componente simbólico, manifiestan propiedad o pertenencia a un amo, están muy extendidos entre la comunidad BDSM. Simboliza entrega, aceptación y compromiso.



Esposas

: poseen también numerosas connotaciones psicológicas. Provocan en el sumiso la sensación de inmovilidad y total sumisión hacia el rol dominante. Existen numerosos tipos de esposas en el mercado del BDSM.
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Fustas y látigos: la palabra flagelación va muy unida al mundo del sadomasoquismo, y para hacerla realidad nada mejor que una fusta o un látigo de una o varias colas. Elementos imprescindibles en el quehacer sadomaso.



Cuerdas: imprescindibles para llevar a cabo la práctica del bondage, al igual que en los casos anteriores, hay mucha variedad de cuerdas en el mercado, algunas más recomendables que otras. La misión es inmovilizar al sumiso y mediante las mismas cuerdas, y determinados frotamientos, provocar el placer en el mismo.


1 comentario:

  1. Creo que las prácticas sexuales sado-masoquistas pueden ser muy estimulantes si pactas con tu pareja los límites , lo que se llama ahora lineas rojas . Dominación y sumisión es una parte de la psicologia humana , quizás la más oscura y la que más reparo nos da hacerlo pública . Creo que los psicoanalistas de la escuela de Sigmund Freud lo entienden mejor que muchos psicologos modernos de universidad . Yo con mi pareja tenemos relaciones de este tipo y son satisfactorias , pero marcamos los limites . Y el dominante puede ser un hombre o una mujer .

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