domingo, 1 de abril de 2012

¡Autoestima y el sexo!

A lo largo de los últimos años, el concepto de autoestima está presente de forma constante cada vez que hablamos de bienestar psicológico y, sin embargo, puede que no tengamos claro a qué nos referimos cuando hablamos de ella. A continuación, te aclaramos el término y te ofrecemos las pautas necesarias para superar una baja autoestima sexual.



La autoestima es el concepto que tenemos de nuestra valía, el cual se basa en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros mismos hemos ido recogiendo durante nuestra vida, sean positivos o no. Los millares de impresiones, evaluaciones y experiencias así reunidos se conjuntan en un sentimiento positivo hacia nosotros mismos o, por el contrario, en un incómodo sentimiento de no ser lo que esperábamos.



¿Por qué es tan importante la autoestima sexual?
El auto concepto y la autoestima sexual juegan un importante papel en la vida de las personas. Los éxitos y los fracasos en nuestras relaciones con los demás, la satisfacción con uno mismo y el bienestar psíquico llevan su sello. En numerosas ocasiones, problemas en nuestras relaciones sexuales como la falta de deseo sexual, la anorgasmia o el vaginismo están favorecidos o directamente provocados por una deficiente autoestima sexual. Otras veces distintos conflictos en la relación de pareja, como pueden ser los celos o la falta de compromiso tienen también como denominador común una frágil autoestima. Esto provocaría pensamientos del tipo: “si yo no me gusto no puedo creer que nadie se fije en mí” o “si yo no me quiero me cuesta confiar en que alguien pueda ver en mí nada que justifique su amor”.
Es por tanto frecuente que, para superar conflictos como los que estamos comentando, sea necesario fortalecer y aprender a revaluar el concepto y la valoración que desde pequeños hemos ido desarrollando a nivel general y sexual sobre nosotros mismos.



¿Cómo se desarrolla la autoestima sexual?
El auto concepto y la autoestima sexual se desarrollan gradualmente durante toda la vida, comenzando a lo largo de la infancia y pasando por diversas etapas de progresiva complejidad. Cada etapa nos aporta impresiones, sentimientos, experiencias e incluso, complicados razonamientos sobre uno mismo y los demás. El resultado es un sentimiento generalizado de valía o de incapacidad sexual. Pero el desarrollo de una adecuada autoestima sexual se ve amenazado con frecuencia por numerosas creencias erróneas y mitos que la perjudican.  



¿Qué mitos deterioran nuestra autoestima sexual?                                                                          Estamos en la sociedad de la imagen. Se nos exigen cuerpos imposibles, bellezas artificiales y negación del envejecimiento. La sexualidad se asocia exclusivamente a la juventud y a la belleza, todo lo cual dificulta a muchas personas desarrollar y mantener una autoimagen objetiva y aceptarse físicamente. El verse a sí misma con una pobre imagen corporal, coloca a la persona en situación de desventaja en general, y no digamos en el sexo. Esta inseguridad nos condiciona desde el momento en que se pretende seducir a alguien o en situaciones de intimidad donde hay que mostrar nuestra desnudez.

Impide muchas veces que nos “abandonemos” y disfrutemos de nuestro cuerpo como algo capaz de darnos placer y lo vemos, en cambio, como algo negativo y rechazable.
Nuestro físico, nuestra casa, cuando está acorde con la imagen que deseamos, nos da confianza, no sólo para el desempeño sexual sino para enfrentarnos a la propia vida.

Precisamente, para muchas mujeres, educadas en una visión negativa y culpabilizada de la sexualidad, los sentimientos de culpa también juegan un papel importante en esta cuestión. No faltan quienes aún piensan que las chicas “decentes” no pueden disfrutar plenamente, sin tabúes, del sexo.

Esta creencia cultural está difundida incluso entre las propias mujeres, y quizás de allí surjan muchas veces los pensamientos que afloran, inoportunamente, en los momentos de intimidad de la pareja y deterioran la autoestima de la mujer. Es un hecho que aún hoy, para algunos, el sexo femenino se sigue dividiendo entre mujeres “fáciles” y aquellas que son "la mujer ideal”, la que los hombres sueñan con presentar a sus madres.

Y para ambos, para hombres y mujeres, el sexo se nos vende bajo un modelo “ atlético “ y competitivo, en el que el objetivo más bien parece ser mantener erecciones eternas, tener incontables orgasmos y perder durante los mismos el sentido de la realidad, en vez de lo que desde la sexología postulamos desde hace décadas: El sexo puede ser una experiencia única para cada persona y cada pareja en la que lo importante es descubrir y descubrirse, disfrutar de la forma que cada uno elige y abandonarse a lo que resulta placentero para cada persona.



¿Se puede recuperar la autoestima sexual?
Todos sabemos lo que significa estar sanos: comer bien, hacer ejercicio, cuidar el cuerpo. Pero ¿qué significa estar sano en lo que respecta al sexo? No hay duda de que usar anticonceptivos y practicar sexo más seguro es un elemento esencial en la salud sexual, pero ésta no acaba aquí. La salud sexual es algo que abarca todos los aspectos de nuestra vida y afecta a nuestro corazón, nuestra mente y nuestro cuerpo, y es un factor clave que determina cómo nos relacionamos todos los días con el mundo que nos rodea. Y el motor de esa salud sexual es, sin duda, nuestra autoestima. Para mejorar, mantener o recuperar tú autoestima sexual no olvides estas claves.

Aprende a conocerte a ti misma

El primer paso hacia una sexualidad sana es aprender a conocer tu cuerpo. Puede que tengas vergüenza o te sientas incómodo en un comienzo acerca de cómo explorar tu cuerpo, pero es importante que desde jóvenes nos familiaricemos con nuestra anatomía sexual y conozcamos qué aspecto tiene, cómo funciona, y qué es lo que nos da placer. Esta exploración nos ayudará a sentir menos vergüenza y sentirnos más cómodos en pareja, lo que contribuye a aumentar la autoestima sexual.

Además, la masturbación puede ser muy importante para la salud sexual. No hay una manera correcta o incorrecta de masturbarse. La idea es descubrir cómo tocarse y qué tipo de sensaciones te dan placer a ti. Es una manera de aprender cómo tener orgasmos. Cuando las personas, al masturbarse, descubren lo que les da y no les da placer, pueden comunicar a sus parejas qué es lo que quieren durante los momentos de intimidad sexual.

Comunícate
Aunque es mucho lo que cada uno puede hacer para desarrollar una sexualidad sana, los juegos sexuales generalmente ocurren con otra persona, y para una persona sana sexualmente, cada acto sexual es una decisión. Y, por supuesto, es importante comunicar estas decisiones a tu pareja. La comunicación es uno de los recursos más esenciales para la salud sexual.
Decir que no indica establecer límites, y todos tenemos derecho a establecer límites y a que se respeten. Algunas personas dejan que su cuerpo comunique esos límites y preferencias sexuales, pero el lenguaje corporal no siempre es suficiente y, por eso, es muy importante hablar abiertamente sobre lo que quieres o no hacer y de lo que te gusta o te disgusta.
Otro aspecto esencial en la comunicación es revelar las emociones. Los sentimientos y las emociones son una parte importantísima de los juegos sexuales, y compartir tus emociones, ya sean temor, excitación, amor o ansiedad, ayudan a la comprensión e intimidad entre la pareja y a sentirte mejor contigo misma.



Cuida tu salud sexual
Somos seres sexuados, desde que nacemos hasta que nos morimos, y la sexualidad puede convertirse en una fuente constante de bienestar o, por el contrario, si no nos preocupamos por ella, en una fuente de frustración. Ocuparse de nuestro bienestar sexual mejora la calidad de vida y, para ello, es necesario conocer cómo cambia nuestra respuesta sexual con el paso del tiempo, cómo podemos hacer frente a las disfunciones sexuales que en un momento dado puedan aparecer, o cómo nos pueden afectar determinadas enfermedades médicas en el terreno de la sexualidad.

Experimenta
El sexo es, para cada persona, un camino inexplorado al principio, que debemos descubrir para darnos cuenta de lo que nos resulta más placentero. Los límites son nuestros y de nuestra pareja, y atreverse a descubrirlos nos ayuda a querernos más y valorar mejor nuestra sexualidad.

“Sobreviven los hombres a los terremotos, a las epidemias, a los horrores de la enfermedad, a la agonía del alma, pero en todos los tiempos su más agobiante tragedia fue la de la alcoba”; (Leon Tolstoi).

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